Caso Instagram: combina la web con las redes sociales
Sin embargo, la última polémica de Instagram sobre los términos de uso, con el amago de la dirección de comercializar el contenido de los usuarios, deja inquietantes interrogantes. ¿Podemos depender de estos canales externos que responden a intereses ajenos?
No somos dudosos, apostamos fuerte por las redes sociales en nuestras estrategias de marketing. Estos canales suponen una vía de acceso privilegiada con nuestra clientela potencial y un trampolín para la visibilidad pública. El punto débil de estos servicios es la pérdida de control. Es como vivir en casa de tus padres, puede resultar cómodo y económico, pero las reglas, justas o no, las marcan ellos.
Siguiendo el caso de Instagram, el cambio sobre los términos de uso pudo deberse a su compra por parte de Facebook, que desembolsó el pasado año 1.000 millones de dólares. Las nuevas condiciones exploraban nuevas formas de ingreso causando el rechazo de sus usuarios, que lo entendieron como un atentado a sus derechos.
La reacción ha sido fulminante a pesar de su rectificación: desde diciembre ha perdido casi la mitad de usuarios activos. La consecuencia es que de golpe nuestras campañas en el canal pierden gran parte de su audiencia.
Facebook también establece claras limitaciones para las promociones de empresas y comercios. Por ejemplo, no permite que se anuncie los ganadores de un concurso y se les debe exonerar de cualquier responsabilidad. Para sortear estas dificultades se debe utilizar una aplicación externa.
Excepcionalmente, estas plataformas han cerrado cuentas de usuarios. Algunas veces los titulares han hecho un mal uso, pero en ocasiones las causas no están claras. Averías internas, denuncias malintencionadas de terceros, malentendidos sobre spam…. La mayor parte de las veces el servicio se reanuda al cabo de días, aunque durante este tiempo se bloquean las campañas, los contenidos, y la base de datos de los seguidores.
Estos problemas son inexistentes en tu página web, porque como propietario tienes las manos totalmente libres para decidir sobre su contenido. A cambio, tus medios quedan muy limitados por la falta de los populares altavoces de las redes sociales.
Y ante este dilema, ¿qué elegir?, página web o redes sociales. La solución es una estrategia multicanal para no poner todos los huevos en la misma cesta: Tener presencia en las redes sociales sin descuidar nuestra web corporativa. Ambos canales son complementarios y se alimentan mutuamente.
La página web tiene que ser el epicentro de nuestra identidad digital. Desde este campamento podemos generar el contenido necesario para promocionar la empresa. A continuación, entran en acción las redes sociales para difundir este material. El impacto generado beneficia a la misma página web que logra más búsquedas gracias a la mayor visibilidad de la marca.
Conclusión: ni las redes sociales no son la panacea, ni las web han quedado en desuso. ¡Diversifica tu presencia y ganarás!
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