Por qué el contenido NO es el rey
Evidentemente, creemos en los contenidos y nos parece que son la base de un buen proyecto digital (y más haciendo Inbound marketing), pero dependiendo cómo enfoques los contenidos, puedes tener un buen impacto de marca (branding) o arruinar la comunicación digital.
Para nosotros, el usuario es el rey.
Decir que el contenido es el rey es una generalidad cualquiera. Si un contenido no está bien pensado, por mucho que sea contenido, no va a generar impacto ninguno en la audiencia. No va existir atracción de tráfico cualificado, no va a existir conversión de forma creciente en la web, iniciada por un contenido muy especializado que un cliente potencial estaba deseando encontrar.
Nos encontramos ante situaciones críticas en muchos proyectos web. Una marca “X” tiene un blog corporativo en el que genera contenidos de forma periódica, pero no sabe para qué. ¿Entonces? ¿Cómo esta marca va a decir que el contenido es el rey? Si no tiene una estrategia definida y orientada a cada uno de sus clientes potenciales. Si no sabe para qué genera contenidos y no sabe en qué se traducen esos contenidos (ROI).
¿Para mejorar el SEO? Quizás. ¿Son términos relevantes y razonables para la marca? ¿Se ha hecho una investigación previa de palabras clave (keyword research) para detectar los intereses de las personas a las que se quiere impactar? ¿Se ha trabajado el contenido para que esté bien optimizado?
En muchas ocasiones, algunas marcas creen que el contenido es el rey y que ellos ya lo aplican con sabiduría en su marketing digital, pero la realidad es que hace aguas por todas partes.
El marketing de contenidos que despliegan falla, se toman decisiones sin estar respaldadas por una estrategia digital y no se sabe medir el retorno de la inversión que tiene la redacción de un contenido en un blog. Sí, ese que siguen pensando que es el rey.
¿Por qué el contenido NO es el rey? Algunas razones
Un contenido de por si no te va a posicionar de forma orgánica.
Hay quien piensa que por escribir contenidos ya tiene resuelta la parte de atracción. Tener un blog o un apartado de noticias en la web no implica tener una estrategia de contenidos. Hay mucho humo en este sentido y parece que, en ocasiones, no podemos ver más allá.
¿Interesan tus contenidos a tu cliente potencial?
Escribir contenidos para generar atracción tampoco está garantizado, si lo que se hace es escribir en base a unas creencias o temas que se piensa pueden interesar al cliente potencial. No te engañes, esos temas son sobre lo que quieres escribir o bien porque es lo único que sabes y dominas, o porque quieres que tu cliente potencial lea algo que no quiere leer y que sólo te interesa a ti.
Necesitas un calendario editorial.
Sobre todo, en proyectos en los que la generación de contenidos va a ser una de las partes más estratégicas del marketing digital. Por ejemplo, en un planteamiento de Inbound marketing los contenidos son la base, pero sólo si están bien concebidos. Quizás sea mejor escribir menos pero con cabeza, que hacerlo todos los días como pollo sin cabeza.
¿Escribir con cabeza o como pollo sin cabeza? #Contenidos
Necesitas transmitir pasión en tus contenidos.
Por eso el contenido NO es el rey, el contenido es lo que marca la diferencia, entre una buena y una mala comunicación. Los contenidos pueden crear incluso mala imagen de marca.
Imagina que una empresa del sector energético realiza contenidos especializados en un blog. Esos contenidos los genera una agencia que dice que “el contenido es el rey”, pero no cuenta con la capacidad de generar contenidos especializados para ese sector.
No hace investigación de qué está demandando ese buyer persona (cliente potencial) de la marca, ni la persona que redacta tiene conocimientos SEO. Aquí, “el contenido es el rey” se convierte en “el contenido no aporta nada” y causa mala imagen, porque no resuelve ningún problema o necesidad a su audiencia objetivo.
Por eso, los contenidos deben servir para conectar marcas con usuarios, para emocionar, para demostrar pasión por lo que haces, conocimiento y compartirlo con tus clientes. Sólo así se consiguen grandes resultados, marcando la diferencia y sin necesidad de decir eso de “el contenido es el rey”.
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