Hormonas y emociones: la química detrás de la decisión
Cuando consideramos la toma de decisiones, a menudo nos centramos en los aspectos racionales y lógicos del proceso. Sin embargo, cada vez es más evidente que nuestras elecciones también están influenciadas por las hormonas y las emociones.
Te contamos cómo las hormonas, esas sustancias químicas juegan un papel crucial en la regulación de nuestras emociones y estados de ánimo, desempeñan un papel en la forma en que percibimos y evaluamos la información.
Hormonas y emociones
Cuando hablamos de hormonas y toma de decisiones, es importante mencionar el papel fundamental que desempeñan en la regulación de nuestras emociones. Por ejemplo, mientras que la dopamina está relacionada con la sensación de recompensa y puede influir en nuestra motivación para tomar ciertas decisiones, el cortisol, conocido como la hormona del estrés, puede afectar negativamente nuestra capacidad para tomar decisiones racionales al aumentar nuestra ansiedad y dificultar la concentración.
Relación entre hormonas y sesgos cognitivos
Como ya sabemos, durante la toma de decisiones utilizamos una serie de procesos mentales y habilidades cognitivas que nos permiten ser capaces de seleccionar una opción entre múltiples posibilidades. Sin embargo, aunque este proceso pueda parecer puramente racional, para reducir el tiempo y el esfuerzo cognitivo, utilizamos reglas o heurísticas que funcionan como atajos mentales. Estos atajos, también conocidos como sesgos cognitivos, pueden estar relacionados con la acción de ciertas hormonas y, en ocasiones, dan lugar a decisiones erróneas o inconsistentes.
A continuación, veremos cuáles son algunos de los principales, y cómo pueden estar vinculados con la acción de algunas hormonas principales.
Sesgo de confirmación y serotonina
El sesgo de confirmación es la tendencia a buscar, interpretar y recordar información que confirma nuestras creencias preexistentes. Algunos estudios sugieren que la serotonina, una hormona relacionada con la autoestima, la confianza y el estado de ánimo, puede estar relacionada con este sesgo. Niveles elevados de serotonina se han asociado con una mayor propensión al sesgo de confirmación, lo que puede llevar a una toma de decisiones sesgada y la resistencia a considerar ideas alternativas.
Sesgo de disponibilidad y oxitocina
El sesgo de disponibilidad es la tendencia a juzgar la probabilidad de un evento en función de cuán fácilmente se nos vienen a la mente ejemplos de ese evento. La oxitocina, a menudo conocida como la “hormona del amor” o “hormona del apego” por su relación con los vínculos afectivos, ha sido asociada con este sesgo. Niveles más altos de oxitocina pueden aumentar la influencia de las experiencias emocionales intensas en nuestra memoria, lo que puede llevarnos a sobrevalorar la probabilidad de ocurrencia de eventos asociados a esas experiencias en el futuro.
Ilusión de control y dopamina
La ilusión de control, muy relacionada con algunos patrones de conducta en las adicciones, es la tendencia a creer que tenemos más control sobre los resultados de eventos inciertos de lo que realmente tenemos. La dopamina, una hormona relacionada con la recompensa y el placer, puede desempeñar un papel en este sesgo. La liberación de dopamina puede aumentar nuestra sensación de confianza y seguridad en nuestras habilidades para controlar situaciones, lo que nos lleva a sobrevalorar nuestra capacidad de influir en los resultados y a tomar decisiones basadas en esta ilusión de control, sin considerar adecuadamente otras opciones.
Sesgo de aversión a la pérdida y endorfina
El sesgo de aversión a la pérdida es la tendencia a dar más peso a las pérdidas que a las ganancias equivalentes. Las endorfinas, conocidas por su papel en la regulación del placer y el alivio del dolor, puede influir en este sesgo. La activación de la endorfina puede aumentar nuestra aversión a las pérdidas y hacer que seamos más cautelosos y conservadores en la toma de decisiones, incluso cuando los beneficios potenciales superan a las desventajas.
Una influencia notable, pero no inevitable
Si bien nuestras hormonas pueden influir en nuestros sesgos cognitivos, no estamos completamente a merced de ellas. Existen estrategias que podemos emplear para mitigar los efectos negativos de los sesgos y tomar decisiones más racionales:
- Toma conciencia de los sesgos cognitivos: el primer paso para contrarrestar los sesgos cognitivos es reconocer su existencia. Al ser consciente de los sesgos a los que somos propensos, podrás estar más atento al tomar decisiones importantes y considerar alternativas.
- Busca información imparcial: es importante buscar información imparcial y considerar diferentes perspectivas antes de llegar a una conclusión. Al buscar una variedad de fuentes y puntos de vista, podrás evitar la trampa de la confirmación y tomar decisiones más fundamentadas.
- Reflexiona y autoevalúa: tómate tiempo para reflexionar y evaluar tus propias creencias y decisiones, ya que esto podrá ayudarte a identificar sesgos cognitivos y corregirlos. La autorreflexión nos permite cuestionar nuestros propios juicios y considerar otras posibilidades antes de tomar una decisión final.
La decisión final: una suma de elementos
En resumen, nuestras hormonas desempeñan un papel importante en la forma en que tomamos decisiones. Estas sustancias químicas influyen en nuestras emociones y estados de ánimo, lo que a su vez puede afectar nuestra percepción y evaluación de la información.
Aunque las hormonas pueden ejercer una influencia significativa, también tenemos la capacidad de reflexionar, cuestionar y buscar información imparcial para superar los sesgos y tomar decisiones más informadas.
Por lo tanto, al comprender cómo las hormonas se relacionan con los sesgos cognitivos más comunes, podrás ser más consciente de tus propias tendencias y trabajar para tomar decisiones más racionales y fundamentadas.
Esto no te lo puedes perder
Contenidos relacionados