Un presupuesto inicial fuerte facilita el éxito en Adwords
Google es sin duda una de las avanzadillas de Silicon Valley, pero con su plataforma de publicidad Adwords no duda en aplicar un principio tan castizo como lo que empieza mal acaba mal, lo que traducido a nivel de ventas significa sin apuesta no hay ganancias. Sin un presupuesto sólido de salida que asegure una buena visibilidad (posición) el anuncio tendrá poco respaldo y su precio subirá invariablemente. Como si fuera una maldición este efecto ha sido bautizado como Google slap, el bofetón de Google.
De alguna forma Google aplica una filosofía similar a las de las búsquedas gratuitas y quiere que su publicidad sea relevante para el usuario, que es el que garantiza la viabilidad de la plataforma. Es decir, que los anuncios coincidan con las búsquedas naturales de los internautas para que no haya rechazo y se mantengan los ingresos.
Así que la chequera no es suficiente porque Google compensa la puja con el grado de calidad (Quality Score) del anuncio determinado en gran medida por la aceptación de los internautas. Aquí entra en acción el CTR, (Click Throug Rate) la frecuencia con que los usuarios que ven el anuncio acaban haciendo clic en él.
La posición de pago en el buscador la marca la combinación del coste del anuncio (CPC, coste por click) junto a su calidad (CTR). Los estudios son determinantes y detectan que un Quality Score máximo abarata a la mitad el coste de un anuncio frente a un anuncio de calidad media.
La tentación de pagar menos, por inexperiencia o por un exceso de confianza sobre la calidad de nuestro anuncio, es el camino directo hacia el temido Google Slap. El resultado es una mala posición de salida que afecta a la visibilidad y perjudica a los clicks recibidos. Por este motivo, la calidad, entendida por Google como aceptación del consumidor, se hunde y la plataforma demanda cada vez más dinero por mantener la misma mala posición. La consecuencia, una campaña cara con malos resultados.
La solución: pagar alto al principio para recortar después
Como suele ocurrir en este tipo de servicios la solución es sencilla: PAGAR. Para empezar, lo recomendable es tender al alza superando incluso los precios de referencia que nos indica Adwords a través de su planificador de palabras clave. De acuerdo, damos nuestro brazo a torcer y abrimos la cartera para garantizarnos una buena posición. Google gana pero, ¿dónde queda nuestro beneficio?.
Paciencia, ha llegado el momento de la gestión de la campaña. Una vez superado el arranque inicial nos llegan datos que evalúan la eficacia de nuestras palabras clave. Si los usuarios validan su eficacia con una posición privilegiada, en el podium de las principales, contamos con la fuerza suficiente para ajustar a la baja los precios. En todo caso, evita recortes bruscos para no alterar el ranking. Aquí Google se vuelve castizo y se apunta al “lento pero seguro” de nuestros padres.
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